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¿Cómo se elabora el queso manchego?
La tierra natal del queso manchego, Castilla-La Mancha, es una región natural e histórica de España, que rodea el sur y el este de Madrid.
El queso manchego clásico se produce con leche sin pasteurizar y con pasteurizada. Además, existen diferentes tiempos de curación. El queso manchego es conocido por su consistencia cremosa, pero el sabor y la textura dependen de si es semicurado, curado o el añejo.
Tiene una maduración mínima de 30 días para los quesos de 1,5 kg o menos y de 60 días para los de más de 1,5 kg, y una maduración máxima de 2 años.
Se elabora exclusivamente con leche de oveja manchega, para garantizar su calidad.
¿Cómo diferenciar un queso manchego?
Una curiosidad del queso manchego es que, no todos los quesos de Castilla-La Mancha son quesos manchegos. Para que un queso se denomine "Manchego", debe cumplir ciertas condiciones.
El Consejo Regulador de la D.O. es el encargado de gestionar la producción y distribución de este tipo de queso. Esto significa que no todos los quesos pueden considerarse manchegos. Para que esto se produzca debe cumplir una serie de requisitos que respeten su Denominación de Origen.
Requisitos del queso manchego
La forma más sencilla de identificar un queso manchego, es buscando la etiqueta del Consejo Regulador de la D.O. Todos los quesos manchegos deben tenerla. Si no la tiene, no es un queso manchego.
Esta etiqueta debe contener el logotipo del Consejo Regulador de la D.O., y debe estar numerada y seriada, garantizando así que el queso ha pasado los controles de calidad correspondientes.
El secreto para maridar el queso manchego
Una combinación increíble de los intensos sabores del queso es el maridaje con los vinos apropiados. Aunque tradicionalmente se ha hecho más uso del vino tinto el vino blanco también va adquiriendo protagonismo.
- Para maridar el Queso Manchego con el vino tinto, utilizaríamos tintos con crianza de mediana intensidad. Vinos equilibrados para compensar los sabores del Queso Manchego.
- Los vinos blancos secos o blancos con crianza en barrica son una opción ideal para maridar con queso manchego debido a su intensidad.
Para los paladares más dulces, también podemos contemplar la opción de disfrutar del queso manchego con una mermelada artesanal, excelente combinación de sabores dulce y salado.
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